Un carnívoro optativo es un animal que puede comer tanto carne como otros alimentos, pero que prefiere la carne como fuente principal de nutrientes. Los perros son carnívoros optativos, ya que tienen una adaptación genética y fisiológica que les permite digerir los almidones y las fibras vegetales, pero que también les hace más eficientes en el aprovechamiento de las proteínas y las grasas animales.
Los perros tienen un sistema digestivo corto, unos dientes afilados y unas enzimas específicas para procesar la carne, lo que demuestra su origen carnívoro. Sin embargo, también han evolucionado junto al ser humano, adaptándose a su dieta y a sus hábitos alimenticios.
Lo que leeras:
TogglePara nutrirse bien, tu perro necesita una dieta equilibrada, completa y variada, que le aporte todos los nutrientes esenciales que requiere su organismo. Estos nutrientes son: las proteínas, las grasas, los hidratos de carbono, las vitaminas, los minerales y el agua.
Las proteínas son fundamentales para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de los tejidos, los músculos, los órganos y el sistema inmunitario. Las grasas son una fuente de energía, de ácidos grasos esenciales y de vitaminas liposolubles.
Los hidratos de carbono son otra fuente de energía, que ayuda a regular el azúcar en sangre y a mantener la salud intestinal.
Las vitaminas y los minerales son sustancias que intervienen en numerosas funciones metabólicas, como la coagulación, la visión, la reproducción o la formación de los huesos.
El agua es imprescindible para la hidratación, la regulación de la temperatura y el transporte de nutrientes y desechos.
Aunque tu perro pueda comer algunos alimentos de origen vegetal, no puede ser vegano, es decir, no puede eliminar por completo los productos de origen animal de su dieta. Esto se debe a que hay algunos nutrientes que solo se encuentran en la carne o que son más biodisponibles en ella, como la taurina, la carnitina, la vitamina B12 o el hierro.
Estos nutrientes son indispensables para la salud de tu perro, ya que participan en funciones vitales como el funcionamiento del corazón, el cerebro, los músculos o la sangre.
Si tu perro no los recibe en cantidades suficientes, puede sufrir graves problemas de salud, como anemia, debilidad, ceguera o insuficiencia cardíaca.
Además, una dieta vegana puede provocar déficits o excesos de otros nutrientes, como el calcio, el fósforo, el yodo o el zinc, que pueden afectar al equilibrio hormonal, al crecimiento, al sistema nervioso o al sistema inmunitario de tu perro.
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